El lugar adecuado en el momento adecuado
5 enero, 2017
Hace unos días recibí un mensaje de una chava que está iniciando su aventura en la fotografía. Entre saludos y buenos deseos para el año que inicia quería saber mi opinión sobre sus fotos. Esto es algo que hago con frecuencia pues hoy más que nunca mucha gente sueña con vivir de la fotografía.
Ver el trabajo de fotógrafos jóvenes es algo que me gusta mucho por varias razones. La primera es por los recuerdos que me llegan al ver sus imágenes. Siempre termino regresando en el tiempo hasta mis inicios, lo que resulta muy interesante. También está la creatividad de las nuevas generaciones, algo que también me motiva mucho pues ver lo que están haciendo algunos de estos fotógrafos es realmente emocionante. El mundo de hoy es visualmente mucho más abierto y eso significa un nuevo reto para todos.
Al ver estas fotos hay una reflexión sobre lo que van a tener que aprender y mejorar estos fotógrafos para poder destacar, algo que aplica igual para mi. Sin importar nuestros años de experiencia todos tenemos que trabajar en seguir mejorando.
Finalmente es una oportunidad para intentar motivar a estos fotógrafos que me piden una opinión. Esa es mi intención pues para ser un buen fotógrafo se necesitan muchas cosas, de las cuales la motivación de ir más allá es, quizá, una de las más importantes.
La motivación es un motor que nos lleva a conseguir nuestra primera cámara profesional, nuestro equipo de iluminación o a juntar el dinero para ese safari fotográfico. Como yo lo veo, avanzamos tanto como estemos motivados para lograrlo.
En mi carrera la motivación de ser el mejor fotógrafo que puedo ser ha sido una parte fundamental y la intención de esta nota es hacerlos reflexionar en lo que esto significa.
La foto perfecta.
Es simple, todos queremos hacer grandes fotos. No hay que darle muchas vueltas a esa idea, pero hacer una gran foto no es algo que pase todos los días, esa es la realidad.
Si, es verdad, hay días que salimos con la cámara y la magia sucede justo frente a nosotros y entonces la vida es bella. Como dicen por ahí… estamos en el lugar correcto en el momento adecuado. Lamentablemente no siempre es así, pues es un hecho que allá afuera hay muchas variables que no podemos controlar.
Para darles un ejemplo de lo que hablo seleccioné un par de fotos que imaginé hacer y la motivación necesaria para poder lograrlas.
La primera foto tiene que ver con una locación que vi en un trabajo que hice en 2012. Por su fachada el Museo de Arte Contemporáneo de Toluca me parece realmente interesante y ese día en particular (Octubre 16) se veía como un escenario ideal para una foto de acción.
Sabía que quería hacer fotos ahí, pero no estaba seguro de que atleta funcionaría hasta que este año David García me llamó para trabajar en su campaña del Récord Guinness. He trabajado con David varias veces, pero desde que rompió el récord mundial de ascenso en el hotel RIU de Guadalajara no habíamos hecho nada.
Finalmente a finales de marzo de este año coincidimos para ir a Toluca. Sabía que el museo no iba estar abierto al amanecer y recordaba que la foto que tomé 4 años atrás fue en la tarde, así es que salimos a medio día para llegar a tramitar el permiso y concentrarnos en la luz del atardecer.
Había terminado el invierno y pensé que posiblemente llegaríamos a encontrar un jardín lleno de flores -lo que normalmente sucede en primavera-, pero nunca imaginé que el pasto del museo estaría totalmente quemado. Si, lo se, en Toluca hace frío en el invierno, pero este es un centro cultural muy importante en la ciudad y pensaría que hay un jardinero que cuida las áreas verdes para mantenerlas en buen estado.
Inmediatamente supe que no iba a poder hacer la foto que había imaginado y no sólo por que el color del pasto. Por un lado el cielo estaba totalmente nublado y por el otro habían montado un pequeño bazar de artesanías locales justo en el lugar donde había tomado la foto 4 años atrás.
Se los dije… hay muchas variables que no puedes controlar y aunque Toluca no está tan lejos, coincidir con el programa de entrenamiento de David quien, además de todo, vive en Querétaro, hacía un poco más complicado la idea de regresar otro día. Por si fuera poco esta era una de las fotos con las que quería participar en el Red Bull Illume y la fecha límite de registro estaba a la vuelta de la esquina. Estábamos en el lugar correcto en el día equivocado !
El pasto estaba quemado, la luz era totalmente plana y el ángulo que me había gustado no estaba disponible, aún así pasamos todo el día ahí, esperando a ver si por lo menos el cielo abría.
Eventualmente un pequeño rayo de sol pasó la densa capa de nubes y logramos algunas tomas. Nada increíble, pero cuando llevas 5 horas esperando cualquier brillo del sol es bienvenido.
Una hora más tarde un bonito atardecer nos sorprendió como para recordarnos que allá afuera todo es posible!
La verdad es que no estuve ni cerca de hacer la foto que había imaginado, pero mi motivación por hacerla me llevó a hacer una buena foto de acción y es justo esa motivación a no rendirme la que ha impulsado mi carrera.
Otro buen ejemplo de esta motivación que, curiosamente, coincide con David fue durante un taller que hice en Querétaro con el equipo de IW y Rakun Studio. Para las fotos me habían hablado del Centro Cultural de Querétaro Gómez Morín y me pareció interesante, así es que Pericles hizo los trámites del permiso para organizar una sesión a primera hora del día.
Al día siguiente los alumnos hicieron sus fotos y en general diría que todo salió bien. La verdad es que las fotos no eran increíbles. La luz de ese lugar en particular no era muy buena en la mañana aunque todos sabíamos que el lugar daba para más. Una vez más estábamos en el lugar adecuado en el momento incorrecto, así es que había dos opciones. Regresar a la oficina, escribir otra carta para solicitar otro permiso para otra sesión o simplemente quedarnos con nuestras fotos y terminar el taller.
Si alguna ves han solicitado un permiso para tomar fotos en una dependencia de gobierno estarán de acuerdo en que hay que estar muy motivados para hacerlo dos veces, peor cuando llegas ahí y ves ese lugar iluminado por los rayos del atardecer sabes que valió la pena.
“El único lugar donde nuestros sueños son imposibles es nuestra propia mente”
G. Bernard Shaw